Este jueves 18 de septiembre, el oficialismo en la Cámara de Diputados decidió no tratar sobre tablas el proyecto de ley de Transporte, dejando su análisis en las comisiones para lograr un mayor nivel de consenso antes de su llegada al recinto.

Un proyecto en pausa

La iniciativa, presentada a finales de agosto, ya había obtenido respaldo en la Comisión de Obras, pero no logró dictamen favorable en Legislación y Asuntos Constitucionales. El texto, impulsado por el Ministerio de Gobierno que conduce Laura Palma, apunta a modernizar el servicio de transporte, regular el uso de plataformas digitales y mejorar la experiencia de los usuarios.

Puntos centrales de la propuesta

  • Regulación de apps de transporte: establece normas para servicios como Uber y Didi.
  • Creación del Reprotran: registro oficial de conductores y vehículos que operen bajo plataformas digitales. Multas de hasta $14,8 millones para quienes no se inscriban.
  • Aumento de sanciones: multas por incumplimiento en el servicio de colectivos subirán un 649%, pasando de $1,1 millones a $8,3 millones.
  • Mascotas a bordo: los choferes no podrán negarse a transportar animales domésticos, de acuerdo con la legislación vigente.

Contexto político y legislativo

El oficialismo esperaba que la aprobación de la ley funcionara como un impulso positivo en la previa electoral de octubre. Sin embargo, la escasa participación de legisladores del peronismo en las reuniones informativas —donde el secretario de Transporte, Marcelo Molina, respondió dudas técnicas— frenó la posibilidad de avanzar en el recinto.

De este modo, el proyecto continuará su discusión en comisiones, a la espera de los consensos necesarios para su tratamiento en sesión. Mientras tanto, el debate sobre cómo regular el transporte en la era digital sigue abierto, con impacto tanto en el sistema de colectivos como en las nuevas plataformas tecnológicas.