La recolección de RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) no solo significa evitar que toneladas de plásticos, metales pesados y componentes tóxicos terminen contaminando el suelo o el agua, sino también abrir la puerta a un cambio cultural. Ese cambio hoy tiene rostro joven: una estudiante que, como otros 30 que trabajan para evitar que los residuos tecnológicos terminen arrojados de manera incorrecta, con entusiasmo y compromiso participa activamente en el proyecto que lleva adelante el Colegio Central Universitario con el apoyo de la Secretaría de Ambiente.

Para Valentina Sánchez, alumna de 3° 1° del Central Universitario, la experiencia representa mucho más que una tarea escolar. Significa aprender sobre la correcta disposición de residuos electrónicos, comprender el impacto ambiental de cada acción cotidiana y sentirse parte de una comunidad que busca soluciones reales frente al desafío de la contaminación.

“Es importante que los jóvenes se involucren porque somos los que vamos a vivir en el futuro que hoy estamos construyendo”, señaló Valentina con orgullo y agregó “esta campaña es muy importante ya que con ella concientizamos sobre la cantidad de residuos tóxicos que se pueden generar por tener y arrojar en cualquier parte los equipos tecnológicos fuera de uso, que son muy perjudiciales para el cambio climático”

La edición 2025 no es la primera en la que participa, ya lo viene haciendo en campañas anteriores, al respecto cuenta que “cada año buscamos incrementar la cantidad de residuos recolectados, no solo por el número sino porque significa que la gente va tomando conciencia de la importancia de tratar correctamente los residuos.”

La formación es fundamental para la ejecución de la campaña, por ello, Valentina sostiene que “esta campaña no dura solo el día de la recolección, sino que durante todo el año trabajamos en el Club Ambiental, recibimos capacitaciones de la Secretaría y de nuestras profesoras y antes del día fijado para recolectar salimos a capacitar a los vecinos del Central.”

Cada dispositivo en desuso que se recupera y se trata de manera adecuada evita la liberación de sustancias nocivas y abre la posibilidad de reutilizar materiales valiosos. Programas, campañas y acciones como estas no solo permiten cuidar el ambiente, sino que siembran conciencia en los chicos y jóvenes a través del involucramiento, que serán los líderes y guardianes del planeta en los próximos años.