El cáncer puede prevenirse, tratarse y curarse. Varios tipos de cáncer pueden prevenirse. Otros pueden ser detectados de manera temprana lo que favorece el tratamiento y la curación. Un diagnóstico de cáncer no debe ser sinónimo de dolor y muerte ya que más de la mitad de las personas afectadas por estas problemáticas se curan y en otros casos, las personas pueden tener una buena calidad de vida.

Cuando hablamos de cáncer nos referimos a un amplio grupo de enfermedades que comienzan en las células.

El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo, debido a que nuestro organismo está formado de muchos tipos de células. Normalmente, las células crecen y se dividen para producir nuevas que son indispensables para mantenernos sanos. Algunas veces este proceso se descontrola: nuevas células se siguen formando cuando el cuerpo no las necesita y otras viejas no mueren cuando deberían hacerlo, formando una masa de tejido llamado tumor.

Los tumores pueden ser benignos o malignos. Los benignos no son cancerosos ya que las células de este tipo de tumores no se diseminan a otras partes del cuerpo, generalmente se pueden extirpar y en la mayoría de los casos no reaparecen. Los tumores malignos son cancerosos, dado que sus células tienen anomalías, se dividen sin control, pueden invadir y destruir el tejido a su alrededor, entrar al torrente sanguíneo o al sistema linfático y diseminarse a otros órganos.

Varios tipos de cáncer pueden prevenirse. Otros pueden detectarse tempranamente lo que favorece las posibilidades de curación. Ante un diagnóstico de cáncer, siempre hay algo por hacer.

El cáncer puede presentarse en diferentes partes del cuerpo: cáncer de mama; de cuello de útero; colorrectal; de próstata; de pulmón; de piel.

Específicamente, el cáncer de mama es una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno. Puede afectar a cualquier mujer. Las posibilidades de que aparezca aumentan con la edad, en especial a partir de los 50 años.

Factores de riesgo y prevención

Aunque se desconocen las causas del cáncer de mama se reconoce que algunos factores aumentan el riesgo de enfermar:

  • Ser mayor de 50 años.
  • Antecedentes personales de cáncer de mama o de enfermedad pre-neoplásica de mama.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama.
  • Tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax.
  • Terapia de reemplazo hormonal.
  • Primera menstruación a edad temprana.
  • Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.

El sobrepeso, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol son factores que se pueden evitar para disminuir el riesgo de tener cáncer de mama. El cáncer de mama hereditario representa sólo alrededor del 5-10% de todos los casos de este tipo de cáncer.

Detección temprana

La mamografía puede detectar el cáncer de mama cuando el nódulo todavía no es palpable o lo es mínimamente. En estos casos es posible recurrir a tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.

Cuando el cáncer provoca síntomas y alteraciones de la mama detectables en el examen físico, se pueden observar retracción del pezón, cambios en la textura y el color de la piel, prurito o lesiones descamativas en el pezón.

Se recomienda que todas las mujeres de 50 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Tanto las mujeres menores de 50 años como las mayores de 69, deben consultar con el médico acerca de la conveniencia de hacer o no una mamografía.

Ante una mamografía con una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico que detecte una lesión visible y/o palpable en la mama, se deberá realizar una biopsia para definir el tratamiento.

La biopsia consiste en la extracción de células y tejidos que un médico patólogo observa en un microscopio para verificar si hay signos de cáncer.

Ante un diagnóstico confirmado de cáncer, se realizan estudios adicionales para evaluar su extensión y decidir el mejor tratamiento.