La atención integral de los adolescentes busca promover su bienestar físico, emocional y social, a través de estrategias que mejoren la calidad de los servicios disponibles para esta población. Estas acciones tienen como fin consolidar una política pública orientada al desarrollo pleno de los y las adolescentes, que permita prevenir y responder de manera eficaz a las problemáticas más frecuentes, potenciando sus fortalezas y acompañando el despliegue de sus capacidades.

Un aspecto clave es la participación activa de los adolescentes en el diseño de intervenciones acordes a sus intereses y necesidades, dejando de lado la mirada adultocéntrica y fomentando espacios de escucha y construcción conjunta.

En estos espacios se desarrollan talleres, encuentros y actividades grupales que fortalecen habilidades para la vida, la gestión de emociones y la promoción de factores protectores, contribuyendo así a la construcción de su proyecto de vida.

Para ser considerados servicios de salud amigables para adolescentes, deben cumplir con las siguientes características:

  • Equitativos: todos los adolescentes pueden acceder a los servicios que necesitan.

  • Accesibles: los servicios están disponibles y son fáciles de utilizar.

  • Aceptables: se brindan de una manera que responde a las expectativas de los adolescentes.

  • Apropiados: se ofrecen las prestaciones específicas que requiere esta etapa de la vida.

  • Eficaces: los servicios se brindan de manera correcta y generan un impacto positivo en la salud de los adolescentes.